domingo, 18 de octubre de 2009

18 de Octubre DOMINGO XXIX DEL T.O.

Las palabras de Jesús con que termina el Evangelio de este domingo marcan con claridad el estilo que ha de caracterizar las relaciones dentro de la comunidad de los discípulos. Si los poderosos de este mundo tienen cierta tendencia, y muchos la llevan a la práctica, a tiranizar y oprimir a sus súbditos, entre “vosotros, nada de eso”. Jesús tiene claro que sus discípulos le han seguido para servir.
Jesús no se sirvió a sí mismo. Jesús sirvió y atendió a los pobres, a los más necesitados, a los marginados, acompañó a todos aquellos con los que se encontró para hallasen la salida del agujero negro en que tantas veces nos perdemos. Y nos dio la clave para encontrar la buena vida, la Vida en plenitud: vivir la fraternidad a tope, sentir a los otros no como amenazas para mi integridad sino como hermanos y hermanas, caminar con las manos y los brazos abiertos para compartir, para abrazar, para amar. Ese es el servicio a que está llamado el discípulo. A esos, a los que sirvió Jesús, es a los que tiene que servir. La mirada del discípulo sale fuera de la comunidad y abarca el mundo.
Este domingo celebramos el Domund, la Jornada Mundial de las Misiones. Las palabras de Jesús en el Evangelio señalan la forma como hay que hacer misión, lo que es evangelizar. No se trata de convencer a nadie. El objetivo es servir y que a través de nuestro servicio cristiano, las personas lleguen a comprender vivencialmente que Dios es su padre, que de él no recibimos más que amor y que su voluntad no es que cumplamos una serie de mandamientos más o menos complicados y difíciles de observar, sino que seamos felices viviendo en fraternidad, amándonos mutuamente. Evangelizar es ser y vivir como cristiano, respetando, dialogando, comprendiendo, perdonando, reconciliando. Como Jesús.


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Lectura: Isaías 53,10-11
El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación: verá su descendencia, prolongará sus años, lo que el Señor quiere prosperará por su mano. Por los trabajos de su alma verá la luz, el justo se saciará de conocimiento. Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos. Palabra de Dios
Lectura: a los Hebreos 4,14-16
Puesto que tenemos un sumo sacerdote extraordinario, que ha penetrado en los cielos, Jesús, el Hijo de Dios, permanezcamos firmes en la fe que profesamos. Pues no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, ya que fue probado en todo a semejanza nuestra, a excepción del pecado. Acerquémonos, pues, con confianza al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y hallar la gracia del auxilio oportuno. Palabra de Dios

Lectura del santo evangelio según san Marcos 10,35-45
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: «Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.»
Les preguntó: «¿Qué queréis que haga por vosotros?» Contestaron: «Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda.» Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?»
Contestaron: «Lo somos.» Jesús les dijo: «El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado.» Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús, reuniéndolos, les dijo: «Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.» Palabra del Señor

Octubre es para los cristianos el “mes Misionero y del Rosario”.
En su penúltimo domingo celebramos la Jornada Mundial de la Propagación de la Fe. Eso significa DOMUND.
El lema elegido para este año, en consonancia con el último Sínodo de los Obispos celebrado en Roma, es: “LA PALABRA, LUZ DE LOS PUEBLOS”.
En el Mensaje del Santo Padre Benedicto XVI para esta Jornada misionera, nos recuerda:
a) Que “la Iglesia no actúa para extender su poder o afirmar su dominio, sino para llevar a todos a Cristo, salvación del mundo”. (Introducción)
Responde así a quienes no consideran necesaria hoy la actividad misionera de la Iglesia en aras de una mal entendida libertad religiosa. El Papa reafirma que el misionero lo que hace es ponerse al servicio del hombre, recordándonos las palabras de Juan Pablo II, de que “el esfuerzo orientado al anuncio del Evangelio a los hombres de nuestro tiempo... es, sin duda alguna, un servicio que se presta a la comunidad cristiana e incluso a toda la humanidad.” (Evangelii nuntiandi, 1).
b) La misión debe ser una constante fundamental en la vida de la Iglesia. Anunciar el Evangelio debe ser para todos los bautizados el compromiso primario de su vocación.
“La misión de la Iglesia, escribe el Papa, es la de contagiar de esperanza a todos los pueblos. Para esto Cristo llama, justifica, santifica y envía a los discípulos a anunciar el Reino de Dios, para que todas las naciones lleguen a ser Pueblo de Dios.” (n. 1).
Esta Palabra es como joya preciosa en manos de la Iglesia, que acogemos en un momento y no la escondemos, sino que la proponemos a nuestros contemporáneos en cada época y lugar. Es, con palabras del Salmo, “antorcha para mis pies, luz para mi sendero” (Salmo 118).
Dios se revela en la historia, habla al hombre y su Palabra es creadora. Dios por su Palabra “dice lo que hace y hace lo que dice”, expresión del Pontífice actual. En el Antiguo Testamento anuncia la venida del Mesías y la instauración de una nueva alianza. En la Encarnación del Verbo se cumplen estas promesas. “Cristo, el Hijo de Dios hecho hombre, es la Palabra única, perfecta e insuperable del Padre. En Él lo dice todo, no habrá otra palabra mas que ésta.” (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 65).
Los Apóstoles acogieron esta Palabra de salvación y la transmitieron. Desde entonces, la Iglesia, guarda y da a conocer este tesoro, destinado a todos los hombres.
Insiste, por ello, el Santo Padre en su Mensaje: “Deseo confirmar una vez más que la tarea de la evangelización de todos los hombres constituye la misión esencial de la Iglesia.” (n. 3).
Ser sus testigos en estas tierras de Jaén. Es el objetivo principal que nos hemos propuesto todos los fieles para este curso pastoral recién comenzado. Es nuestra respuesta al mandato misionero de Jesucristo. “Las naciones caminarán en su luz” (Ap 21, 24).
Quien tiene la gracia de vivir una fuerte experiencia de la presencia de Jesús Resucitado entre nosotros, de su presencia en la Palabra y en la Eucaristía, es como si viviera en una situación semejante a lo que les sucedió a los tres Apóstoles durante la Transfiguración. Llenos de la experiencia del Dios amor, aunque sea aún en penumbra, la ponemos sobre el candelero de nuestras vidas y la damos a conocer. Somos sus testigos, misioneros.
Sembremos semillas misioneras en los niños y niñas en las catequesis. Invitemos a los enfermos a ser los primeros y principales misioneros de esta Iglesia. Llevemos a tantos corazones jóvenes la levadura viva y llena de respuestas del Evangelio de Jesucristo.
Nuestro apoyo, nuestra oración y reconocimiento a favor de los misioneros de esta Iglesia de Jaén y a sus familias.
Pedimos a la que es Estrella y Reina de las Misiones, nuestra Patrona la Santísima Virgen de la Cabeza, que nos ayude y oriente como Madre para llevar el Evangelio de su Hijo Jesucristo, luz de las gentes y palabra de salvación a todos los rincones de esta Iglesia diocesana y hasta los últimos extremos de la tierra.
Con mi saludo agradecido, les bendice
Ramón del Hoyo López
Obispo de Jaén.

AGENDA SEMANAL

Lunes 19.
REUNIÓN SACERDOTES (10.00m.)
CATEQUESIS 2º (4.30t.)
CATEQUESIS 5º (5.00t.)
Martes 20.
CATEQUESIS 4º (4.30t.)
Miércoles 21.
CATEQUESIS 1º (5.00t.)
CATEQUESIS 3º (5.00t.)
Jueves 22.
CATEQUESIS 6º Y 1º E.S.O. (6.00t.)
CATEQUESIS 2º Y 3 E.S.O. (6.00t.)
EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO (6.30t.)
EUCARISTÍA (7.00 t.)
FORMACIÓN DE ADULTOS (7.30t.)
Viernes 23.
CATEQUESIS CONFIRMACIÓN (5.00t.)
Sábado 24.
CURSO PREMATRIMONIAL EN ARROYO DEL OJANCO (4.00 t.)
Domingo 25.
CURSO PREMATRIMONIAL EN ARROYO DEL OJANCO (10.00 m.) EUCARISTÍA (7.00 t.)

sábado, 17 de octubre de 2009

“Las naciones caminarán en su luz” (Ap 21, 24)

En este domingo dedicado a las misiones, me dirijo ante todo a vosotros, Hermanos en el ministerio episcopal y sacerdotal, y también a vosotros, hermanos y hermanas de todo el Pueblo de Dios, para exhortar a cada uno a reavivar en sí mismo la conciencia del mandato misionero de Cristo de hacer “discípulos a todos los pueblos” (Mt 28,19), siguiendo los pasos de San Pablo, el Apóstol de las Gentes.



“Las naciones caminarán a su luz” (Ap 21,24). Objetivo de la misión de la Iglesia es, en efecto, iluminar con la luz del Evangelio a todos los pueblos en su camino histórico hacia Dios, para que en Él tengan su realización plena y su cumplimiento. Debemos sentir el ansia y la pasión por iluminar a todos los pueblos con la luz de Cristo, que brilla en el rostro de la Iglesia, para que todos se reúnan en la única familia humana, bajo la paternidad amorosa de Dios.

En esta perspectiva los discípulos de Cristo dispersos por todo el mundo trabajan, se esfuerzan, gimen bajo el peso de los sufrimientos y donan la vida. Reafirmo con fuerza lo que ha sido varias veces dicho por mis venerados predecesores: la Iglesia no actúa para extender su poder o afirmar su dominio, sino para llevar a todos a Cristo, salvación del mundo. Nosotros no pedimos sino el ponernos al servicio de la humanidad, especialmente de aquella más sufriente y marginada, porque creemos que “el esfuerzo orientado al anuncio del Evangelio a los hombres de nuestro tiempo... es sin duda alguna un servicio que se presta a la comunidad cristiana e incluso a toda la humanidad” (Evangelii nuntiandi, 1), la cual “está conociendo grandes conquistas, pero parece haber perdido el sentido de las realidades últimas y de la misma existencia” (Redemptoris missio, 2).

martes, 13 de octubre de 2009

11 de Octubre DOMINGO XXVIII DEL T.O.


Problemas encontraremos siempre a lo largo del camino de la vida. Tampoco la relación con los demás es siempre fácil. Ni siquiera en el seno de la comunidad cristiana. Ahí también existen las envidias, los orgullos, los juegos de poder. Es así. Forma parte de nuestra condición. Pero todo eso se puede superar desde el deseo profundo y evangélico de vivir en fraternidad, de hacer el Reino, de construir la casa común para los hermanos y hermanas, para los hijos e hijas de Dios. Como no se puede superar es a través del individualismo, del poder, de la opresión, del “yo soy más fuerte que tú”. Todo eso rompe, divide y quiebra. No cura ni sana ni reconcilia. Los bienes o están al servicio de la fraternidad y del Reino o no valen nada. O se comparten o pierden su sentido. Pretende usarlos para ti solo y te sentirás como un camello intentando pasar por el ojo de una aguja. Compártelos, ponlos al servicio de los hermanos y del bienestar común, y te sentirás ligero, capaz de sonreír y más rico y seguro que nunca de fraternidad, de relación, de amor, de cariño y de amistad. Ahí está la clave.

Ahí está la sabiduría de que se habla en la primera lectura: llegar a saber dónde está lo que es verdaderamente valioso y dejar de lado lo que se pueden llevar los ladrones o la polilla y que no nos da la verdadera vida, la buena vida, la vida en plenitud que el Señor quiere para nosotros.

Así es la Palabra de Dios, como dice la carta a los Hebreos. Nos dice la verdad aunque no nos guste oírla. Entra hasta el fondo de nuestro corazón, pone al descubierto nuestros más profundos sentimientos y luego nos deja libres para tomar la decisión que nos parezca oportuna.


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Lectura: Sabiduría 7,7-11

Supliqué, y se me concedió la prudencia; invoqué, y vino a mí el espíritu de sabiduría. La preferí a cetros y tronos, y, en su comparación, tuve en nada la riqueza. No le equiparé la piedra más preciosa, porque todo el oro, a su lado, es un poco de arena, y, junto a ella, la plata vale lo que el barro. La quise más que la salud y la belleza, y me propuse tenerla por luz, porque su resplandor no tiene ocaso. Con ella me vinieron todos los bienes juntos, en sus manos había riquezas incontables. Palabra de Dios


Lectura: a los Hebreos 4,12-13

La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, penetrante hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos. Juzga los deseos e intenciones del corazón. No hay criatura que escape a su mirada. Todo está patente y descubierto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas. Palabra de Dios


Lectura del santo evangelio según san Marcos 10,17-30

En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?» Jesús le contestó: «¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre.»

Él replicó: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño.»
Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: «Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme.» A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico. Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios!»

Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió: «Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.»

Ellos se espantaron y comentaban: «Entonces, ¿quién puede salvarse?»
Jesús se les quedó mirando y les dijo: «Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo.»

Pedro se puso a decirle: «Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.»

Jesús dijo: «Os aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más –casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones–, y en la edad futura, vida eterna.»

Palabra del Señor

DOMUND: Jornada Mundial de las Misiones En 1926 Pío XI estableció que el penúltimo domingo de octubre se celebrara en toda la Iglesia el “Domingo Mundial de las Misiones”, en favor de la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe, para mover a los católicos a amar y apoyar la causa misionera. Desde 1943, esta “fiesta de la catolicidad y de la solidaridad universal” se conoce en España como DOMUND (de DOmingo MUNDial). Este nombre ha ayudado a identificar y difundir aún más esta jornada entre nosotros, y su mensaje —una llamada de atención sobre la común responsabilidad de todos los cristianos en la evangelización del mundo— ha calado en la profunda sensibilidad y tradición misionera de nuestro país. La Jornada Mundial de las Misiones es el momento culminante de una corriente de animación y cooperación misionera que debe desplegarse todo el año, especialmente, a lo largo de todo el “Octubre Misionero”, el mes de las misiones por excelencia. “La Palabra de Dios es un bien para todos los hombres, que la Iglesia no debe conservar solo para sí, sino compartir con alegría y generosidad con todos los pueblos y las culturas, para que también ellos puedan encontrar en Jesucristo el camino, la verdad y la vida (cf. Jn 14,6). Mirando al ejemplo de San Pablo, de los apóstoles y de tantos misioneros que, a lo largo de la historia, llevaron el Evangelio a los pueblos, este Sínodo reafirma la urgencia de la misión ad gentes también en nuestro tiempo. Un anuncio que debe ser explícito, hecho no solo dentro de nuestras iglesias, sino en todas partes, y debe ser acompañado por el testimonio coherente de vida, la cual hace evidente el contenido y lo refuerza. Obispos, sacerdotes, diáconos, personas de vida consagrada y laicos deben estar cerca también de las personas que no participan en la liturgia y no frecuentan nuestras comunidades. La Iglesia deber ir hacia todos con la fuerza del Espíritu (cf. 1Co 2,5) y seguir proféticamente defendiendo el derecho y la libertad de las personas a escuchar la Palabra de Dios, buscando los medios más eficaces para proclamarla, incluso con el riesgo de la persecución”. (Sínodo de los Obispos, 2008, proposición 49).

AGENDA DE LA SEMANA

Lunes 12. VIRGEN DEL PILAR

EUCARISTÍA DE LA GUARDIA CIVIL (Torres de Albanchez 11.30m.)

Martes 13.

CATEQUESIS 4º (4.30t.)

Miércoles 14.

CATEQUESIS 1º (5.00t.)

CATEQUESIS 3º (5.00t.)

Jueves 15.

CATEQUESIS 5º (5.00t.)

CATEQUESIS 6º Y 1º E.S.O. (5.00t.)

CATEQUESIS 2º Y 3 E.S.O. (6.00t.)

EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO (6.30t.)

EUCARISTÍA (7.00t.)

Viernes 16.

CATEQUESIS CONFIRMACIÓN (5.00t.)

Domingo 18. DOMUND

EUCARISTÍA (7.00 t.)


Oración por las misiones

Padre de bondad,
Tú que eres rico en amor y misericordia,
que nos enviaste a tu Hijo Jesús
para nuestra salvación,
escucha a tu iglesia misionera.
Que todos los bautizados
sepamos responder a la llamada de Jesús:
Id y haced que todos los pueblos
sean mis discípulos.
Fortalece con el fuego de tu Espíritu
a todos los misioneros, que en tu nombre
anuncian la Buena Nueva del Reino.
María, Madre de la Iglesia
y estrella de la evangelización,
acompáñanos y concédenos
el don de la perseverancia
en nuestro compromiso misionero. Amén

sábado, 3 de octubre de 2009

4 de Octubre DOMINGO XXVII DEL T.O.

Jesús habla del matrimonio y lo pone sobre el trasfondo de Dios mismo y de su sueño para nosotros. El matrimonio es una posibilidad de romper la natural soledad de la persona. Es una forma de llevar el amor a su plenitud. Es creador de vida, no sólo es el ámbito natural donde nace los hijos, sino que: sólo en el contexto del amor nace la vida.

Una pareja que se ama es como un núcleo de vida expansiva capaz de recrear la vida en torno a ella. Hijos, amistades, vecinos, conocidos, todos sentirán su vida planificada por el amor de la pareja. El amor no tiene nada que ver con la mirada egoísta que se termina en el otro y que sólo busca su propio placer. El amor es expansivo por sí mismo. Se expande como el universo y crea y recrea la vida continuamente en torno a él. Ese es el ideal. “Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre”. Ese amor, puesto en el trasfondo de Dios es para siempre y para todo. Sin límites de ningún tipo. Es una aventura y un compromiso total. Luego viene la realidad. Eso es otra cosa. No siempre somos capaces de controlar nuestra propia vida. A veces la aventura se convierte en un desastre.

Por eso no conviene convertir el ideal en ley. Y no hay que olvidar esa otra dimensión evangélica que es la misericordia. Hay que ser muy comprensivos con las personas. Hay que ofrecer salidas para situaciones desesperadas. Dios no quiere el sufrimiento de nadie sino que seamos felices. Y los errores cometidos no deben ser condenas para siempre. Nunca es así en el Evangelio y nunca debe ser así entre nosotros. El que acogía a los pecadores, a los marginados, el que curaba a los enfermos, no dejaría nunca a nadie condenado a una vida imposible. Dios es Dios de la vida, de la esperanza. Dios que nos ha creado comprende y conoce mejor que nadie nuestras limitaciones. Dios es perdón y misericordia. Y, como dice la carta de Santiago: “La misericordia triunfa sobre el juicio” (2,13).

Hoy tenemos que leer el Evangelio, con su exigencia, con sus palabras fuertes, sobre el trasfondo de la misericordia divina. No hay otra manera. No se trata de condenar a las parejas rotas. Se trata de acompañar, de consolar y de reconocer que muchas veces no ha sido más que un error, un inmenso error. Hay que tener el valor y el coraje evangélico de buscar soluciones que abran vías de futuro y de felicidad a las personas. Eso, sin duda, es más importante, mucho más, que condenar.


Lectura: Génesis 2,18-24

El Señor Dios se dijo: «No está bien que el hombre esté solo; voy a hacerle alguien como él que le ayude.»

Entonces el Señor Dios modeló de arcilla todas las bestias del campo y todos los pájaros del cielo y se los presentó al hombre, para ver qué nombre les ponía. Y cada ser vivo llevaría el nombre que el hombre le pusiera. Así, el hombre puso nombre a todos los animales domésticos, a los pájaros del cielo y a las bestias del campo; pero no encontraba ninguno como él que lo ayudase.

Entonces el Señor Dios dejó caer sobre el hombre un letargo y el hombre se durmió. Le sacó una costilla y le cerró el sitio con carne. Y el Señor Dios trabajó la costilla que le había sacado al hombre, haciendo una mujer, y se la presentó al hombre.

El hombre dijo: «Ésta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Su nombre será Mujer, porque ha salido del hombre. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.» Palabra de Dios


Lectura: a los Hebreos 2,9-11

Al que Dios había hecho un poco inferior a los ángeles, a Jesús, lo vemos ahora coronado de gloria y honor por su pasión y muerte. Así, por la gracia de Dios, ha padecido la muerte para bien de todos. Dios, para quien y por quien existe todo, juzgó conveniente, para llevar a una multitud de hijos a la gloria, perfeccionar y consagrar con sufrimientos al gula de su salvación. El santificador y los santificados proceden todos del mismo. Por eso no se avergüenza de llamarlos hermanos. Palabra de Dios


Lectura del santo evangelio según san Marcos 10,2-16

En aquel tiempo, se acercaron unos fariseos y le preguntaron a Jesús, para ponerlo a prueba: «¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?»
Él les replicó: «¿Qué os ha mandado Moisés?» Contestaron: «Moisés Permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio.»

Jesús les dijo: «Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación Dios "los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne". De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.»

En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. Él les dijo: «Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.» Le acercaban niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él.» Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos. Palabra del Señor



Carta Pastoral del Sr. Obispo de Jaén a los fieles diocesanos

Dios, ciertamente, es trascendente, pero se fija en el necesitado y nos invita a estar con él. Leemos en el salmo que aleja su rostro del soberbio y se fija en el humilde (cf. Salmo 137, v. 6). La aceituna comienza a madurar y serán ya muchas las personas que miran y piensan en los olivares de Jaén. Como en anteriores temporadas, sin conocer cuántos ni cómo, llegarán con la esperanza de un trabajo temporal. Ese será su objetivo y deseo. Y, ¿qué van a encontrar? Al menos personas cercanas para apoyarles. No son una mercancía o una mera fuerza laboral, son trabajadores.

El hecho migratorio encierra una realidad humana tan antigua como el mismo hombre. Cada época, cada territorio, su realidad social, el mercado de trabajo y otros factores, con frecuencia muy complejos, inciden de una forma u otra en este fenómeno.

Baste pensar, por ejemplo, en las diferencias existentes: entre el estudiante que acude a otro país para completar estudios, una madre de familia obligada a desplazarse para ganar el pan para sus hijos, el refugiado, el indocumentado que necesita comer o el menor que arriesga su vida sin apenas saber por qué y para qué.

Hoy, además, nos encontramos con una importante novedad: la presencia de la mujer inmigrante por motivos económicos. Si hasta hace poco tiempo eran los varones quienes se desplazaban a otros países, en muy pocos casos acompañados de su familia, hoy es la mujer quien, con frecuencia, toma la iniciativa de buscar un empleo para ayuda de los suyos.

Escribe Benedicto XVI sobre las migraciones en su reciente Carta Encíclica del pasado 29 de junio de este año, que “es un fenómeno que impresiona por sus grandes dimensiones, por los problemas sociales, económicos, políticos, culturales y religiosos que suscita y por los dramáticos desafíos que plantea a las comunidades nacionales e internacionales” (Carta Enc. Caritas in veritate, 62).

A nadie se le escapará pensar en el riesgo y peligros que entrañan estas situaciones, desde la aceptación de cualquier trabajo con remuneraciones a veces injustas y en situaciones ilegales, hasta sucumbir ante mafias que, sin escrúpulo alguno, llegan hasta su explotación delictiva e inmoral.

“Todos podemos ver, escribe el Pontífice actual, el sufrimiento, el disgusto y las aspiraciones que conllevan los flujos migratorios” (Ibid., 62).

Pensemos lo que puede suponer como desgarrón humano, dejar su patria, sus costumbres, la propia lengua, la familia... y sumergirse en un mundo completamente nuevo y desconocido. Imaginemos qué supondrá llegar a otro país sin saber dónde hospedarse, sin trabajo, sin conocer su lengua. ¡Cómo debe agradecerse en estas situaciones la palabra, el gesto amable y acogedor; que alguien se preocupe por darnos de comer y vestir; que se nos ayude y oriente para encontrar un trabajo justamente remunerado; disponer de unos mínimos recursos para desplazarnos de estación en estación...! Como cristianos y como ciudadanos no podemos conformarnos con mirar para otra parte o escaparnos de esta realidad. Es mucho lo que podemos hacer unidos y, de hecho, así viene haciéndose las más de las veces. Nos alegran las noticias de la Sra. Delegada de Gobierno en el sentido de que “podrán hacer uso de los albergues para temporeros todos los inmigrantes que lleguen a la provincia” y de que “hay que prestar ayuda humanitaria a todos los que vengan de fuera”. Y que el Foro Provincial de Inmigración ya “haya acordado con todos los ayuntamientos que estén preparados para principios del mes de noviembre”. Las organizaciones de la Iglesia Diocesana quieren también secundar y sumarse a estos u otros esfuerzos y propuestas. Así viene programándose año tras año con realismo y mucho amor. Conozco la respuesta generosa de personas anónimas, de grupos y familias, de muchos voluntarios que aportan gratis su tiempo y recursos. En cada comunidad parroquial, por pequeña que sea, se aprecia un despertar progresivo de apoyo incondicional a estas personas necesitadas, a pesar, muchas veces, de sus escasos recursos y posibilidades.

¡Ojalá esta inquietud, que es amor, vaya en aumento! ¡Ojalá estuviera en nuestras manos crear puestos de trabajo para todos!

Sí, podemos y debemos unir nuestras manos y corazones a favor de una “caridad creativa” que promueva leyes cada vez más humanas. Una “caridad por el bien común” para acercarnos a todos con amor, de igual a igual. Pensemos que son personas como nosotros, que reclaman pan, trabajo, vestido para calentarse, techo donde cobijarse, pero, sobre todo, cariño y comprensión.

Es momento de abrir las cáritas, programar con antelación e imaginación esfuerzos... Recordemos los cristianos aquellas palabras del Evangelio: “No todo el que dice ¡Señor! ¡Señor! se salvará, sino el que hace la voluntad de mi Padre”, y la voluntad de Dios, manifestada por su Hijo Jesucristo, no es otra que el programa de las Bienaventuranzas.

Nuestra mirada se dirige a los pobres que luchan con valentía para ganarse el pan con dignidad, preocupándose por su familia y por las necesidades de sus hermanos.Invito a todos a escuchar su grito sin palabras, y a intensificar nuestra solidaridad.

Con mi saludo agradecido,

X Ramón del Hoyo López. Obispo de Jaén

AGENDA SEMANAL

Lunes 5. CATEQUESIS 2º (4.30t.) CATEQUESIS 4º (4.30t.)

Miércoles 7. CATEQUESIS 1º (5.00t.)

CATEQUESIS 3º (5.00t.)

Jueves 8. EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO (6.30t.)

EUCARISTÍA (7.00 t.)

Domingo 11. EUCARISTÍA (7.00t.)


GRACIAS.

Damos a las gracias a aquellos que habéis donado el mantón y la peina para el sorteo a favor de la Virgen del Campo. También a los que habéis vendido las papeletas de las que se ha recaudado un total de 1.204,00 €.

MUCHAS GRACIAS