sábado, 28 de noviembre de 2009

29 de Noviembre DOMINGO I DE ADVIENTO

El próximo domingo para colaborar con los inmigrantes traeremos a la parroquia LEGUMBRES (GARBANZOS, LENTEJAS Y HABICHUELAS).
MUCHAS GRACIAS POR TU COLABORACIÓN


Comenzamos hoy un nuevo año litúrgico. Y lo iniciamos con un «tiempo fuerte»: desde este domingo hasta aquél en el que celebraremos el Bautismo del Señor, van a ser seis semanas en las que somos invitados a celebrar, progresivamente, el Adviento, la Navidad y la Epifanía –o sea, la venida, el nacimiento y la manifestación del Señor– que apuntan de suyo al misterio que entraña siempre el domingo y su celebración: que el Hijo de Dios ha querido hacerse presente en nuestra historia para comunicarnos su salvación.
En el tiempo de Adviento, la liturgia de la Iglesia nos invita a permanecer en una espera gozosa, atentos y activos, preparándonos y llenarnos así de la verdadera alegría que está por venir en la próxima Navidad. Sin embargo, en ocasiones perdemos el sentido de la verdadera alegría, aparentemente llenándonos con cosas “superfluas”, de esta manera no preparamos el pesebre donde Cristo nacerá: nuestro corazón. Así terminamos las fiestas vacíos y cansados, en vez de renovados y llenos de esperanza para seguir nuestra vida cristiana, es por eso que hoy vamos a reflexionar en cómo vivir esta próxima Navidad para recibir a Jesús quien nos da la alegría y felicidad verdadera.

Lectura: Jeremías 33,14-16
Mirad que llegan días –oráculo del Señor– en que cumpliré la promesa que hice a la casa de Israel y a la casa de Judá. En aquellos días y en aquella hora suscitaré a David un vástago legítimo, que hará justicia y derecho en la tierra. En aquellos días se salvará Judá y en Jerusalén vivirán tranquilos, y la llamarán así: Señor-nuestra-Justicia
Palabra de Dios

Lectura: Tesalonicenses 3,12–4,2

Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos. Y que así os fortalezca internamente; para que, cuando Jesús nuestro Señor vuelva acompañado de todos sus santos, os presentéis santos e irreprensibles ante Dios nuestro padre.
Para terminar, hermanos, por Cristo Jesús os rogamos y exhortamos: habéis aprendido de nosotros como proceder para agradar a Dios: pues proceded así y seguid adelante. Ya conocéis las instrucciones que os dimos en nombre del Señor Jesús.
Palabra de Dios

Lectura del santo evangelio según san Lucas 21,25-28.34-36
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y del oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad, ante lo que se le viene encima al mundo, pues los astros temblarán. Entonces, verán al Hijo del Hombre venir en una nube, con gran poder y majestad. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación."
Palabra del Señor



La Justicia Mª del Mar Alhajar i Viñas

Al hablar del bien común incorporamos la negociación y el acuerdo. Por el bien común podemos renunciar a algo que legítimamente nos corresponde. La justicia la asociamos también a un tribunal que dictamina la rectitud de nuestras acciones. Hay una justicia legal, civil, necesaria, pero también una justicia moral o religiosa. En la Biblia la justicia la re-clama el ser humano pero es una exigencia de Dios. De nada le sirven a Dios los sacrificios. El culto se convierte en idolatría si no hay justicia. "El ñuto de la justicia será la paz" afirmáis 32,7. Paz, Shalom, es el deseo de Dios para la creación y es salud, prosperidad económica, descendencia, plenitud. La Biblia relaciona la justicia y shalom. No hay felicidad, ni comunitaria ni personal sin justicia. Cuando la Biblia habla de justicia, se refiere a aquellas relaciones en las que la alteridad, todo "otro" y "otra", es un "tú" para mí. Alguien que necesito y que me muestra mi rostro real. Dar de comer al hambriento y socorrer a las viudas, no son sólo "obras buenas", que se suman a una lista de acciones. Estas obras me acercan a la justicia de Dios y, a la felicidad, a la posibilidad de ser quien soy. Soy en la medida en que me abro a mí misma, a los demás, a Dios y a la creación. Jesús no separa la justicia del amor, por eso sus contemporáneos quedan tan confundidos, que creen que la justicia es algo a lo que la persona debe someterse. Para Jesús la justicia son las mismas entrañas de Dios en una oferta incansable de diálogo, de libertad y amor. Nos parece que la justicia es un código escrito que alguien conoce de antemano. Algo establecido a lo que debemos ajustamos, pudiendo acertar o equivocarnos, pero la justicia no es el juicio de alguien que mira como espectador, no es una ley externa a mí. Es autodonación personal, acogida de toda alteridad, la persona, la naturaleza y Dios, como esa Luz que nace en lo más hondo de mí, siempre más allá de mí, con ternura y fuerza de Abba. Hay alteridad cuando escucho mi corazón, veo mis límites y posibilidades, atiendo mis miedos, dudas, ideas, verdades... Justicia es vivir el presente optando en cada ocasión por el amor.

La corona de adviento encuentra sus raíces en las costumbres pre-cristianas de los germanos (Alemania). Durante el frío y la oscuridad de diciembre, colectaban coronas de ramas verdes y encendían fuegos como señal de esperanza en la venida de la primavera. La corona de adviento, es un ejemplo de la cristianización de la cultura. Lo viejo ahora toma un nuevo y pleno contenido en Cristo. El vino para hacer todas las cosas nuevas. La luz que prendemos en la oscuridad del invierno nos recuerda a Cristo que vence la oscuridad. Jesús es la luz que ha venido, que está con nosotros y que vendrá con gloria. Las velas anticipan la venida de la luz en la Navidad: Jesucristo.

AGENDA DE LA SEMANA

Lunes 30.

CATEQUESIS 2º (4.30t.)

CATEQUESIS 5º (5.00t.)

Martes 1.

CATEQUESIS 4º (4.30t.)

Miércoles 2.

CATEQUESIS 1º (5.00t.)

CATEQUESIS 3º (5.00t.)

Jueves 3.

CATEQUESIS 6º Y 1º E.S.O. (6.00t.)

CATEQUESIS 2º Y 3 E.S.O. (6.00t.)

RETIRO DE ADVIENTO (5.30t.)

EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO (5.30t.)

EUCARISTÍA (6.30t.)

Sábado 5.

CATEQUESIS CONFIRMACIÓN (6.30t.)

Domingo 6. II. ADVIENTO

EUCARISTÍA (6.30t.)

22 de Noviembre CRISTO REY DEL UNIVERSO


El próximo domingo para colaborar con los inmigrantes traeremos a la parroquia ARROZ Y ACEITE.

MUCHAS GRACIAS POR TU COLABORACIÓN



Con esta solemnidad en la que celebramos a Jesucristo como Rey del Universo culminamos el año litúrgico: esa oportunidad que nos han ido dando, de domingo en domingo, los encuentros con el Resucitado de poder vivir el presente a la vista de lo que tendrá futuro eterno en el Reino de Dios, tal y como en Él ya se ha desvelado. El mismo Señor nos quiere hoy ofrecer una visión grandiosa de esta perspectiva con la que cierra y nos abre a un nuevo año, por ser la que de verdad nos hace sabios a la hora de decidir la vida en la que gastarlo…
El Reino de Jesús, es un reino de amor y misericordia, de comprensión y perdón, de acogida para los alejados, de generosidad con todos. Su reino es toda una forma de convivencia entre las personas en la que se parte de un principio básico: somos hijos del mismo padre y, por eso, somos hermanos. Lo que tenemos, lo que somos, lo compartimos. Y esa es la única forma de alcanzar la plenitud, nuestra plenitud. Ese es el reino de Jesús. Eso es lo que hoy celebramos en esta fiesta de final del año litúrgico.
Pilatos no entendió lo que le decía Jesús. Probablemente no le pareció más que un loco potencialmente peligroso. Por eso lo condenó. Hoy nosotros, desde la perspectiva de la fe, deberíamos saber que el poder de Jesús es mucho más fuerte que el de Pilatos. Pilatos tiene la violencia de las armas. Jesús tiene la fuerza del amor, del perdón y de la misericordia. Pilatos, con su violencia, puede destruir pero sólo Jesús puede construir porque sólo el amor construye y abre nuevas posibilidades de vida. Si creemos en Jesús es hora de alistarnos en sus filas y avanzar bajo su bandera. Jesús es de verdad todopoderoso. Sólo con él podremos construir un mundo nuevo.

Lectura: Daniel 7,13-14
Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él. Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.

Palabra de Dios

Lectura: del Apocalipsis 1,5-8

Jesucristo es el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos, el príncipe de los reyes de la tierra. Aquel que nos ama, nos ha librado de nuestros pecados por su sangre, nos ha convertido en un reino y hecho sacerdotes de Dios, su Padre. A él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.

Mirad: El viene en las nubes. Todo ojo lo verá; también los que lo atravesaron. Todos los pueblos de la tierra se lamentarán por su causa. Sí. Amén.

Dice el Señor Dios: «Yo soy el Alfa y la Omega, el que es, el que era y el que viene, el Todopoderoso.» Palabra de Dios


Lectura del santo evangelio según san Juan 18,33b-37

En aquel tiempo, dijo Pilato a Jesús: «¿Eres tú el rey de los judíos?»
Jesús le contestó: «¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?»
Pilato replicó: «¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?» Jesús le contestó: «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.» Pilato le dijo: «Conque, ¿tú eres rey?» Jesús le contestó: «Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz.»

Palabra del Señor

RECUERDA

Como cada año cuando se aproxima la recolección de la aceituna son muchos los inmigrantes que se acerca a nuestros pueblos y ciudades buscando un puesto de trabajo. Es cierto también, que son tanto los que viajan hasta los pueblos de Jaén que no hay trabajo para todos.

¡Pero todos necesitan comer diariamente para vivir!

Como cada año desde Cáritas de nuestras parroquias se ofrece comida y cama para los inmigrantes que llegan (estuve hambriento y me disteis de comer). En Úbeda, como desde hace ya varios años, se ha abierto un comedor para todos aquellos que están llegando desde muy lejos. El año pasado se atendió durante cuatro meses a una media de doscientas personas diarias que buscaban un plato de comida caliente.

Desde Cáritas Interparroquial de Úbeda se nos hace un llamamiento a los cristianos de Torres de Albanchez para que COLABOREMOS CON ELLOS EN ESTE PROYECTO APORTANDO ALIMENTOS no perecederos (legumbres, leche, aceite, azúcar, pasta) que se puedan ofrecer a todos aquellos que lo necesitan, el año pasado ya colaboramos con este proyecto.

Cada domingo de Adviento traeremos a nuestra parroquia algunos alimentos para tal fin.

AGENDA DE LA SEMANA

Lunes 23.

REUNIÓN SACERDOTES HORNOS (10 m.)

CATEQUESIS 2º (4.30t.)

CATEQUESIS 5º (5.00t.)

Martes 24.

CATEQUESIS 4º (4.30t.)

Miércoles 25.

CATEQUESIS 1º (5.00t.)

CATEQUESIS 3º (5.00t.)

Jueves 26.

CATEQUESIS 6º Y 1º E.S.O. (6.00t.)

CATEQUESIS 2º Y 3 E.S.O. (6.00t.)

EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO (6.00t.)

EUCARISTÍA (6.30t.)

Sábado 28.

RETIRO ADVIENTO SACERDOTES (10.m)

CATEQUESIS CONFIRMACIÓN (6.30t.)

Domingo 29. I. ADVIENTO

EUCARISTÍA (6.30t.)


ORACIÓN:

EN UN SOLO BARCO

Señor Jesús,
tú nos has lanzado al mar de la vida
en un solo barco;
un barco para todos

hombres y mujeres,
negros y blancos,
sanos y enfermos,
ateos y creyentes;
un barco que tú conduces hacia el puerto
con mano firme
en horas de bonanza y en tiempo de tempestad.
Cuida, Señor, a cada uno
de los que navegamos mar adentro.
¿Cómo íbamos a encontrar la paz
si un hermano nuestro, un solo hermano,
se hundiera ante nosotros
y desapareciera para siempre de nuestra vista?
¿Quién podría llenar su hueco
en nuestro corazón?
Haz, Señor, que,
a pesar de nuestras inseguridades,
de nuestras vacilaciones,
de nuestros miedos,
nos arriesguemos a dar la mano
a quienes necesiten nuestra ayuda
para que, agarrados a ti,
logremos desembarcar un día,
todos juntos,
en el único puerto:
el corazón del Padre.
Amén

15 de Noviembre DOMINGO XXXIII DEL T.O.

¿Por qué imaginamos la venida última de Cristo como una amenaza? El Evangelio, es cierto, nos dice que este mundo quedará destruido pero se supone que tenemos puesta nuestra esperanza en Cristo no en este mundo. ¿O no? Y se supone que de Cristo esperamos la salvación, la vida, la misericordia, el perdón. ¿O no?
Se hablan del fin de nuestro mundo. Porque este mundo tiene fecha de caducidad. El paso del tiempo le persigue como una amenaza. Nada dura para siempre. Nuestra propia vida está amenazada de muerte. Y nuestra muerte significa la muerte y desaparición de nuestro mundo. Pero ahí está la primera lectura del profeta Daniel. Reconoce que ése será un “tiempo de angustia”. Pero ése es precisamente el tiempo en el que surgirá Miguel, el que “defiende a los hijos de tu pueblo”. Y dice también que “en aquel tiempo se salvará tu pueblo”. Es que Dios no va a dejar de su mano a sus hijos. ¿Es que puede el padre abandonar a sus hijos y condenarlos a la muerte? ¿Puede el Creador complacerse en la destrucción de su propia creación? En el Evangelio también se habla de ese último momento. También es momento de tribulación. Pero precisamente en ese momento es cuando aparecerá el Hijo del Hombre para reunir de los cuatro vientos a sus elegidos. El texto no quiere ser una amenaza sino precisamente lo contrario. Las palabras de Jesús quieren suscitar nuestra esperanza. Ni en medio de las mayores dificultades Dios nos deja de su mano. Somos sus hijos. Esta humanidad doliente es su familia y no la va a abandonar nunca. Al final, triunfará la misericordia, el amor, el perdón. Al final, el Hijo del Hombre nos traerá la vida y la vida en plenitud. A todos, comenzando por aquellos a los que les ha tocado la peor parte en este mundo. Es momento de levantar la cabeza y dejar que la esperanza haga brotar una sonrisa en nuestro rostro. Y de dar la mano a todos para compartir esa esperanza y no dejar que ningún hermano quede atrás.
Lectura: a los Hebreos 10,11-14
Ciertamente, todo sacerdote está en pie, día tras día, oficiando y ofreciendo reiteradamente los mismos sacrificios, que nunca pueden borrar los pecados. Él, por el contrario, habiendo ofrecido por los pecados un solo sacrificio, se sentó a la diestra de Dios para siempre, esperando desde entonces hasta que sus enemigos sean puestos por escabel de sus pies. En efecto, mediante una sola oblación ha llevado a la perfección para siempre a los santificados. Ahora bien, donde hay remisión de estas cosas, ya no hay más oblación por el pecado.

Palabra de Dios
Lectura: Daniel 12, 1-3

En aquel tiempo surgirá Miguel, el gran príncipe que defiende a los hijos de tu pueblo. Será aquél un tiempo de angustia como no habrá habido hasta entonces otro desde que existen las naciones. En aquel tiempo se salvará tu pueblo: todo los que se encuentren inscritos en el Libro. Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la vida eterna, otros para el oprobio, para el horno eterno. Los doctos brillarán como el fulgor del firmamento, y los que enseñaron a la multitud la justicia, como las estrellas, por toda la eternidad. Palabra de Dios
Lectura: a los Hebreos 10,11-14 Ciertamente, todo sacerdote está en pie, día tras día, oficiando y ofreciendo reiteradamente los mismos sacrificios, que nunca pueden borrar los pecados. Él, por el contrario, habiendo ofrecido por los pecados un solo sacrificio, se sentó a la diestra de Dios para siempre, esperando desde entonces hasta que sus enemigos sean puestos por escabel de sus pies. En efecto, mediante una sola oblación ha llevado a la perfección para siempre a los santificados. Ahora bien, donde hay remisión de estas cosas, ya no hay más oblación por el pecado. Palabra de Dios

Lectura del santo evangelio según san Marcos 13,24-32

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Por esos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas irán cayendo del cielo, y las fuerzas que están en los cielos serán sacudidas. Y entonces verán al Hijo del hombre que viene entre nubes con gran poder y gloria; entonces enviará a los ángeles y reunirá de los cuatro vientos a sus elegidos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo. De la higuera aprended esta parábola: cuando ya sus ramas están tiernas y brotan hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis que sucede esto, sabed que Él está cerca, a las puertas. Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Mas de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre.»
Palabra del Señor

Queridos hermanos y hermanas:
El Domingo, día 15 de este mes de noviembre, celebramos el Día de la Iglesia diocesana, como en años anteriores.
La jornada hace referencia a las ayudas y apoyos necesarios a favor de la Diócesis, para su funcionamiento. No es esto lo más importante, ni mucho menos, pues caminamos en manos del Señor que vela por nosotros en su Providencia. Sí es ocasión propicia para orar, pensar y agradecer nuestra pertenencia a la Iglesia de Jesucristo, desde esta Iglesia de Jaén.
Realmente, si tuviéramos todos una conciencia bien formada y despierta de lo que es la Iglesia diocesana y el convencimiento firme de nuestra pertenencia activa a la misma, no haría falta celebrar esta jornada. Colaboraríamos todos, cada uno según sus posibilidades, particulares e instituciones eclesiásticas, a favor de los proyectos y programas pastorales. Así lo hacen normalmente buen número de fieles.
De ordinario, sin embargo, aunque progresivamente, se observa un despertar muy positivo en su favor, se contempla por algunos a la Diócesis como una realidad mucho menos cercana que la parroquia o grupo en el que están asociados. Sólo de vez en cuando se cae en la cuenta de la realidad de la Iglesia diocesana con ocasión del Día del Seminario, cuando se precisa algún trámite de la Curia, en la Visita Pastoral del Obispo y en algunos otros acontecimientos puntuales.
Esta jornada es fundamentalmente para esto, para sentir a nuestra Iglesia de Jaén como algo propio y para comprometernos a conocerla, a orar por sus necesidades, a quererla, a colaborar en sus tareas y proyectos, para vivir de forma efectiva y real nuestra “común unión” con Jesucristo y, desde él, con todos los fieles.
La luz de ese Rostro de Cristo ha seguido iluminando y atrayendo a incontables hombres y mujeres, de todas las edades y condiciones y en todas las épocas.
También en estas tierras de Jaén, han pasado muchas generaciones de cristianos y aquí continúa vivo el Evangelio. Somos sus herederos. Muchos fueron testigos hasta derramar su sangre; otros destacaron por sus virtudes y ciencia, algunos traspasaron las fronteras, fieles al mandato del Señor de ir al mundo entero a predicar el Evangelio.
Es esta una tierra rica en cristianos comprometidos y fieles, de personas de una profunda cultura religiosa cristiana, amantes y defensores de sus tradiciones, de amor “a flor de piel” en honor de la Santísima Virgen. Pero no bajemos el listón, como algunos se empeñan que lo hagamos. Todo lo contrario.
Así es esta Iglesia diocesana, con luces y sombras. Quiere seguir mirando al Santo Rostro,... a tantas imágenes de su devoción que continúan intercediendo por nosotros ante el Señor, al tiempo que nos invitan a seguir sus pasos La colaboración económica por parte de todos los fieles a favor del sostenimiento y desarrollo de las actividades diocesanas, es siempre necesaria. Dios no mide las cosas por primeros, sino por generosidad.
Suman muchos enteros de amor la acción caritativa y social, la ayuda para la construcción y conservación de templos, el apoyo a las misiones y desarrollo de los pueblos, a nuestros Seminarios, y, en esta jornada, a favor de la Iglesia diocesana, además de su colaboración para el sostenimiento de su Parroquia.
Cada uno aportamos conforme a nuestras posibilidades y se distribuye, luego, a la vista de las necesidades, según las urgencias.
Que el Señor os lo pague. Con mi saludo y bendición.
RAMÓN DEL HOYO LÓPEZ OBISPO DE JAÉN

AGENDA DE LA SEMANA

Lunes 16.

JUBILEO SACERDOTES JAÉN (10.00m.)

CATEQUESIS 2º (4.30t.)

CATEQUESIS 5º (5.00t.)

Martes 17.

CATEQUESIS 4º (4.30t.)

Miércoles 18.

CATEQUESIS 1º (5.00t.)

CATEQUESIS 3º (5.00t.)

Jueves 19.

CATEQUESIS 6º Y 1º E.S.O. (6.00t.)

CATEQUESIS 2º Y 3 E.S.O. (6.00t.)

EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO (6.00t.)

EUCARISTÍA (6.30t.)

Sábado 21.

CATEQUESIS CONFIRMACIÓN (6.30t.)

La razón de ser principal de la iglesia es el anuncio del Evangelio de Jesucristo a todos los hombres.

Millones de católicos en todo el mundo viven el Amor de Dios y predican la Buena Noticia, lo que les lleva a reconocer en el prójimo el rostro de Cristo, de manera particular, en los más necesitados y a desarrollar una enorme labor (social, educativa, asistencial, etc) que repercute en beneficio de la sociedad.

La Iglesia Católica en España se divide territorialmente en 69 diócesis, “Donde se encuentra y opera verdaderamente la Iglesia de Cristo”. Las diócesis están divididas en Parroquias. Hay en España unas 22.000. Existen 13.000 Órdenes y Congregaciones religiosas, 800 Monasterios de Clausura y miles de Hermandades, Cofradías, etc.

La Conferencia Episcopal Española es una “Institución permanente integrada por los Obispos de España, en comunión con el Romano Pontífice para el ejercicio conjunto de algunas funciones pastorales del Episcopado Español”. (Estatutos art. 1, 1), esto no quiere decir que sea una “gran diócesis” que abarque a las demás, cada una tiene su autonomía.

Existen otras Instituciones y Organismos Supradiocesanos como el Arzobispado Castrense, Universidades Pontificias, Universidades católicas, etc.

La nunciatura Apostólica es el Organismo que representa a la Santa.

Existen unas 40.000 Instituciones eclesiásticas en España, compuestas por cientos de miles de personas que viven en comunión con la Iglesia y trabajan para hacer el bien a sus semejantes. Todas estas entidades operan con la autonomía que les reconoce la normativa canónica. No existe por tanto un único órgano de decisión, ni el ámbito organizativo ni en el económico.