viernes, 12 de junio de 2009

14 de Junio CORPUS CHRISTI

Un grupo de amigos se sientan en torno a la mesa. Están muchas veces juntos. Dialogan. Charlan. Ríen. A veces también se enfadan. Les une uno de ellos. Es el líder. Les ha mostrado un camino diferente, una forma diversa de ver el mundo. Les habla de Dios y de su Reino. Es un mensaje que rompe moldes. Propone una verdadera revolución. Los pobres tendrán un puesto privilegiado en la mesa común y los ricos serán como uno más. El puesto de honor es el que ocupan habitualmente los criados. Y los más importantes en ese Reino hacen precisamente lo que hacen los criados. No hay lugar para la venganza ni para la violencia. Pero sí para el perdón sin límites y la reconciliación.
La cena de hoy no es una más. Todos sienten que tiene algo de despedida. El maestro dice adiós. No saben qué pero algo va a suceder. Algo malo que va a romper esta comunión en que han vivido los últimos años. Se sienten inquietos. El tiempo va pasando. Los platos se suceden. Las viandas se consumen. Una vez más, lo importante no es lo que se come sino la convivencia, la comunión, la escucha. Esta noche dejan hablar al maestro. Intuyen que puede ser la última vez.
Y luego, cada vez que los discípulos se juntaban, les gustaba compartir el pan y el vino y repetir aquellas palabras de Jesús. El pan y el vino adquirían una nueva dimensión y un nuevo significado. Jesús y su Reino se hacían presentes en medio de ellos. Hacer memoria de aquella última cena les daba fuerzas y les hacía sentirse comprometidos para anunciar la buena nueva del Reino a todos los hombres y mujeres de su mundo. Les forzaba a trabajar por un mundo más justo y más humano, más hermano y más solidario. Daban gracias juntos, compartían su fe, escuchaban la Palabra, compartían el pan y el vino. Lo hacían en la intimidad de sus casas, en pequeñas reuniones de creyentes. Era la celebración central de su fe.
Hoy seguimos celebrando la Eucaristía. Y salimos a la calle a seguir celebrando la Eucaristía con todos los hombres y mujeres de nuestro mundo. A compartir con ellos el pan y el vino de la vida diaria, de la justicia, del perdón, de la reconciliación, de la fraternidad. A tender la mano al hermano y cerrar el círculo del Reino, de los Hijos de Dios, en donde nadie está excluido y todos son acogidos en el amor y la misericordia de Dios Padre. Hoy la Eucaristía sigue siendo promesa de vida, fuente de esperanza, lugar de fraternidad, encuentro con Jesús y tantas otras cosas más, que nos hacen vivir en plenitud y ser más felices

Lectura: Éxodo 24,3-8

En aquellos días, Moisés bajó y contó al pueblo todo lo que había dicho el Señor y todos sus mandatos; y el pueblo contestó a una: «Haremos todo lo que dice el Señor.» Moisés puso por escrito todas las palabras del Señor. Se levantó temprano y edificó un altar en la falda del monte, y doce estelas, por las doce tribus de Israel.
Y mandó a algunos jóvenes israelitas ofrecer al Señor holocaustos y vacas como sacrificio de comunión. Tomó la mitad de la sangre y la puso en vasijas, y la otra mitad la derramó sobre el altar. Después, tomó el documento de la alianza y se lo leyó en alta voz al pueblo, el cual respondió: «Haremos todo lo que manda el Señor y lo obedeceremos.» Tomó Moisés la sangre y roció al pueblo, diciendo: «Ésta es la sangre de la alianza que hace el Señor con vosotros, sobre todos estos mandatos.»
Palabra de Dios

Lectura: Hebreos 9,11-15
Cristo ha venido como sumo sacerdote de los bienes definitivos. Su tabernáculo es más grande y más perfecto: no hecho por manos de hombre, es decir, no de este mundo creado. No usa sangre de machos cabríos ni de becerros, sino la suya propia; y así ha entrado en el santuario una vez para siempre, consiguiendo la liberación eterna. Si la sangre de machos cabríos y de toros y el rociar con las cenizas de una becerra tienen poder de consagrar a los profanos, devolviéndoles la pureza externa, cuánto más la sangre de Cristo, que, en virtud del Espíritu eterno, se ha ofrecido a Dios como sacrificio sin mancha, podrá purificar nuestra conciencia de las obras muertas, llevándonos al culto del Dios vivo. Por esa razón, es mediador de una alianza nueva: en ella ha habido una muerte que ha redimido de los pecados cometidos durante la primera alianza; y así los llamados pueden recibir la promesa de la herencia eterna. Palabra de Dios
Lectura del santo evangelio Marcos 14,12-16.22-26 El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos: «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?» Él envió a dos discípulos, diciéndoles: «Id a la ciudad, encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo y, en la casa en que entre, decidle al dueño: "El Maestro pregunta: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?" Os enseñará una sala grande en el piso de arriba, arreglada con divanes. Preparadnos allí la cena.» Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la cena de Pascua. Mientras comían, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, diciendo: «Tomad, esto es mi cuerpo.» Cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias, se la dio, y todos bebieron. Y les dijo: «Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos. Os aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios.» Después de cantar el salmo, salieron para el monte de los Olivos.
Palabra del Señor

RINCÓN DE LA ORACIÓN
Señor Jesús, cada día
tu Palabra llega a nuestra puerta sin hacer ruido, como los tres jóvenes llegaron hasta la tienda de Abrahán. ¿Cuántas veces la hemos escuchado? ¿Cuántas veces la hemos invitado, con temor y temblor,
a entrar en nuestra casa, y le hemos preparado hospedaje para que descanse en ella, para que la tome definitivamente como suya? Tu Palabra, Señor, es luz: no te alejes de nosotros, que estamos a oscuras; tu Palabra, Señor, es vida:
no te vayas, que sentimos el frío de la muerte; tu Palabra, Señor, es alimento: no nos dejes solos, que desfallecemos de hambre, que morimos de sed. Señor Jesucristo, Palabra de Dios humanada, misteriosamente divina porque eres el Verbo, y entrañablemente humana porque eres carne nuestra; grito estremecido o silencio desconcertante; no pases de largo ante la tienda de tus siervos, aunque en nuestra torpeza no acertemos a insistir en que detengas tus pasos y te quedes con nosotros.
Quédate con nosotros, Señor, y convierte nuestro corazón en hogar de la Palabra que eres tú mismo; convierte nuestro corazón en Palabra.
Es lo que tú deseas, y es todo lo que nosotros anhelamos. Amén
CRISTIANOS EN LA SIERRA
Como viene siendo costumbre desde hace muchos años, los cristianos de la Sierra de Segura se reúnen una vez al año para encontrarse, compartir su fe, rezar y pasarlo bien.
Este año el encuentro lo tendremos en Los Negros-Río Madera, y será desde las 10 de la mañana hasta después de comer. Sería bueno que participaras y conocieras nuevos cristianos.

Si estás dispuesto a ir comunícalo el jueves para que busquemos medio de transporte.

AGENDA SEMANAL

Lunes 15. REUNIÓN SACERDOTES EN HORNOS

Jueves 18. EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO (7.00 t.)

EUCARISTÍA (7.30 t.)

Domingo 21. ENCUENTRO DE CRISTIANOS EN LA SIERRA. (RIO MADERA, 10.00 m)

EUCARISTÍA (7.00 t.)

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