miércoles, 24 de febrero de 2010

14 de Febrero VI D. DEL TIEMPO ORDINARIO

Jesús es de los que cree que las cosas pueden cambiar. Su experiencia y relación con Dios, le dice que otro mundo es posible y que vale la pena trabajar por él. De ahí el evangélico de este domingo. La primera parte de su discurso nos suena mejor. Son las bienaventuranzas: una serie de bendiciones. Hablan del amor de Dios a los más marginados, a los más pobres, a los que les ha tocado la peor parte en este mundo.
Lo que nos cuesta encajar son las maldiciones. ¿Cómo es posible que Jesús pronuncie esas palabras de condena hacia los ricos, los que están saciados, los que ríen y los que son reconocidos por los demás?
Las palabras de Jesús no se ajustan a nuestra forma de pensar. Debemos escuchar atentamente y con el corazón abierto lo que Jesús nos dice por más sorprendente que nos pueda resultar. Jesús pronuncia bendiciones y maldiciones. Hay unos que son los preferidos de Dios y otros a los que Dios aleja de su presencia. Hay que subrayar que los criterios de Dios son precisamente los opuestos a los que usamos habitualmente en la Iglesia y en la sociedad. Aquellos a los que se maldice tienen en todo caso una vía de escape. Lo primero es hacer el esfuerzo de salir de su cómoda situación para acercarse a los preferidos de Dios. Más todavía. No es imposible que los que se sienten saciados encuentren el pan y el vino que son el verdadero alimento que da Vida. Pero para ello tienen que hacer también algunas renuncias. Tienen que llegar a sentir hambre y sed de verdad. Tienen que dejar de poner la confianza en sus bienes y empezar a ponerla en el Señor
RECUERDA.
El año pasado nuestra parroquia recaudó para el proyecto de Manos Unidas un total de 810,40 Euros. Espero seamos un poco más generosos este año y superemos esta cantidad.

COLABORA GENEROSAMENTE CON ESTE PROYECTO


Lectura de Jeremías 17,5-8

Así dice el Señor: «Maldito quien confía en el hombre, y en la carne busca su fuerza, apartando su corazón del Señor. Será como un cardo en la estepa, no verá llegar el bien; habitará la aridez del desierto, tierra salobre e inhóspita. Bendito quien confía en el Señor y pone en el Señor su confianza. Será un árbol plantado junto al agua, que junto a la corriente echa raíces; cuando llegue el estío no lo sentirá, su hoja estará verde; en año de sequía no se inquieta, no deja de dar fruto. Palabra de Dios




Lectura Corintios 15,12.16-20

Si anunciamos que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo es que dice alguno de vosotros que los muertos no resucitan? Si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y, si Cristo no ha resucitado, vuestra fe no tiene sentido, seguís con vuestros pecados; y los que murieron con Cristo se han perdido. Si nuestra esperanza en Cristo acaba con esta vida, somos los hombres más desgraciados. ¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos. Palabra de Dios



Lectura del santo evangelio según san Lucas 6,17.20-26

En aquel tiempo, bajó Jesús del monte con los Doce y se paró en un llano, con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Él, levantando los ojos hacia sus discípulos, les dijo: - «Dichosos los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Dichosos los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados. Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis. Dichosos vosotros, cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten, y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas. Pero, ¡ay de vosotros, los ricos!, porque ya tenéis vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados!, porque tendréis hambre. ¡Ay de los que ahora reís!, porque haréis duelo y lloraréis. ¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que hacían vuestros padres con los falsos profetas. Palabra del Señor


CARTA PASTORAL DEL SR. OBISPO

Desde hace ya cincuenta años, cientos de mujeres españolas trabajan, de forma bien organizada y generosa, por combatir el hambre en el mundo.

Parecerá a muchos una tarea imposible, pero, año tras año, la voz de MANOS UNIDAS llega a incontables corazones y sus proyectos de desarrollo en favor de los necesitados se multiplican. Cuantos más seamos y más colaboremos, más lejos llegarán. Es más eficaz unir ilusiones y esfuerzos por fines nobles, que entregar unas frías monedas para acallar conciencias.

Saben que Manos Unidas es una asociación pública de fieles de la Iglesia Católica, reconocida también como organización no gubernamental (ONG) que, junto con Cáritas, la Obra de las Misiones y otras organizaciones católicas, ofrecen al mundo el rostro del amor de la Iglesia, la esencia del Evangelio de Jesucristo.

En concreto, esta organización, de marcado carácter social y caritativo, se ocupa y pretende remediar el hambre en el mundo desde su apoyo al desarrollo, fundamentalmente en aspectos culturales, agrícolas, sanitarios, de promoción a la infancia y a la mujer.

Manos Unidas es “el corazón” del Buen Samaritano que cura heridas, ayuda a levantarse y mirar el futuro con esperanza, con la vista puesta en miles de personas. Ama a lo grande y sin fronteras, “a lo divino”, y mira siempre de frente, de igual a igual, a sus hermanos.

En un mundo aparentemente organizado, a muchos nos parece mentira que existan millones de personas con una existencia real o amenazada por la carencia de los alimentos mínimos necesarios.

No lograremos dar una respuesta eficaz a tan sangrante situación sin el conocimiento objetivo de sus causas y mientras no se busquen respuestas concretas al problema a nivel mundial.

El primer derecho de cualquier persona es quedar libre de esta lacra. Nos debe hacer pensar seriamente a todos que, a pesar de los nuevos y tan positivos avances en áreas de la tecnología, la ciencia y la economía, la pobreza en el mundo sigue creciendo.

Por todo ello, es cada vez más urgente y necesario plantear las relaciones internacionales desde el respeto y apoyo a la dignidad de la persona, buscar respuestas duraderas en favor de una coexistencia pacífica y trabajar en favor de toda la familia humana, para dar respuestas a tan dolorosas situaciones. Estas son las líneas del Evangelio, del amor cristiano, que muchos hemos hecho nuestras y que, lentamente, irán abriéndose paso, aun en quienes no las conocen. No cesaremos los cristianos en este empeño.

La actual Campaña, nos propone un lema de reflexión: “CONTRA EL HAMBRE. DEFIENDE LA TIERRA”.

Cuando el hombre deja de ver la naturaleza bajo el sello y el proyecto divino, cuando considera a la naturaleza y al ser humano como fruto del azar o del determinismo, disminuye el sentido de responsabilidad, de solidaridad y brota el egoísmo por doquier.

Es claro que el cambio climático, producido sobre todo por los países más desarrollados, afectará mucho más a los de economías débiles, al no poder hacer apenas frente a la nueva situación. Los efectos de la sequía, inundaciones, acceso al agua, pérdida de productividad agrícola o pesquera, deforestación, repercutirán de forma muy directa en la producción de alimentos, en la salud y en su calidad de vida. En definitiva, mayor empobrecimiento de los países pobres, con riesgos de conflictos, desplazamientos, mayor explotación por los poderosos y más miseria para los más pobres.

El cambio climático es, por tanto, otro factor esencial que debemos tener muy presente como una de las causas a moderar en sus efectos, por su íntima relación con la pobreza.

Un año más, invito a todos los fieles diocesanos a seguir apoyando con la generosidad de siempre, a pesar de la crisis que ya afecta a muchos entre nosotros, a redoblar, por ello aún más, nuestro esfuerzo en favor de los proyectos de Manos Unidas.

Agradecemos la oportunidad que nos brinda al extender su mano para paliar el hambre de tantos que nos miran desde lejos.

Os saluda y bendice, Ramón del Hoyo Lópe

AGENDA DE LA SEMANA

Lunes 15.

CATEQUESIS 2º (4.30t.)

CATEQUESIS 5º (5.00t.)

Martes 16.

CATEQUESIS 4º (4.30t.)

Miércoles 17. CENIZA (Ayuno y Abstinencia)

CATEQUESIS 1º (5.00t.)

CATEQUESIS 3º (5.00t.)

EUCARISTÍA (5.30t.)

VIA CRUCIS (6.00t.)

Jueves 18.

CATEQUESIS 6º Y 1º E.S.O. (6.00t.)

EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO (6.00t.)

EUCARISTÍA (6.30t.)

VIA CRUCIS (7.00t.)

Viernes 19. (Abstinencia)

CATEQUESIS 2º Y 3 E.S.O. (6.00t.)

Sábado 20.

CATEQUESIS CONFIRMACIÓN (6.00t.)

Domingo 21. I.CUARESMA

EUCARISTÍA (6.30t.)

COMIENZA LA CUARESMA

El próximo día 17 de febrero, Miércoles de Ceniza, comenzamos los católicos la Cuaresma. Es, como sabemos, tiempo de gracia y de salvación, tiempo en que la liturgia de la Iglesia nos prepara para la celebración de la Pascua de Resurrección, que este año celebramos el día 4 de abril. La Iglesia, en nombre del Señor, nos invitará durante estos días “a una sincera revisión de nuestra vida a la luz de las enseñanzas evangélicas”, como nos exhorta el Santo Padre Benedicto XVI en su Mensaje para la celebración de la próxima Cuaresma. Es Jesucristo quien nos dice: “Quien quiera venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz y me siga.” (Mt 16, 2

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