lunes, 1 de febrero de 2010

31 de Enero IV D. DEL TIEMPO ORDINARIO

El Evangelio de este domingo nos invita a reflexionar en uno de los grandes misterios de las relaciones humanas: el rechazo al que quiere hacer el bien. El texto evangélico sigue relatando la estancia de Jesús en Nazaret, su pueblo, justo allí donde lo dejamos el domingo pasado. Había concluido con las palabras con que hoy comienza el Evangelio: “Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.”Esas palabras de Jesús suscitan de entrada la admiración. Pero, enseguida, esa actitud va cambiando. Y poco a poco llega el rechazo más radical. Los que le escuchan se terminan poniendo furiosos. Tanto que tratan de matarlo. Es un relato que causa sorpresa. ¿Cómo es posible que aquellos a los que se les anuncia la liberación se terminen volviendo contra el mensajero de esa buena nueva?
Lo que marca la vida de Jesús, es la constancia en el amor. Jesús no se arredró en las dificultades, ni siquiera ante la furia de sus conciudadanos. Confió en Dios y siguió hablando de la misericordia y del amor de Dios, estando cerca de los más pobres y tendiendo su mano a los marginados. No le asustaron el rechazo ni las dificultades. Pablo expresó perfectamente en las palabras de su carta lo más hondo del espíritu de Jesús. Hay que leerlas y releerlas. No es un amor ñoño lo que ahí se propone. Es un amor para hombres y mujeres fuertes, libres, responsables, capaces de tomar las riendas de su destino y dirigirlo a donde creen que debe ir. No perdonan porque todo les dé lo mismo sino porque están llenos del amor y la misericordia de Dios.
Sólo los que aman mucho son capaces de mantenerse constantes en el momento del rechazo. Siguen amando porque para ellos el amor es un estilo de vivir. Saben que Dios es amor. Y que solo amando podremos hacer un mundo más humano, más fraterno: el mundo que Dios quiere. Y están dispuestos a asumir el rechazo, la cruz y todas las dificultades que se encuentren en el camino. Porque vale la pena. Como Jesús. Hasta el final del camino.

Lectura de Jeremías 1,4-5.17-19
En los días de Josías, recibí esta palabra del Señor: «Antes de formarte en el vientre, te escogí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: te nombré profeta de los gentiles. Tú cíñete los lomos, ponte en pie y diles lo que yo te mando. No les tengas miedo, que si no, yo te meteré miedo de ellos.
Mira; yo te convierto hoy en plaza fuerte, en columna de hierro, en muralla de bronce, frente a todo el país: frente a los reyes y príncipes de Judá, frente a los sacerdotes y la gente del campo. Lucharán contra ti, pero no te podrán, porque yo estoy contigo para librarte.»
Palabra de Dios
Lectura Corintios 12,31–13,13
Ambicionad los carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un camino excepcional. Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles; si no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o unos platillos que aturden. Ya podría tener el don de profecía y conocer todos los secretos y todo el saber, podría tener fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada. Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; si no tengo amor, de nada me sirve.
El amor es paciente, afable; no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad.
Disculpa sin limites, cree sin limites, espera sin limites, aguanta sin límites. El amor no pasa nunca.
¿El don de profecía?, se acabará. ¿El don de lenguas?, enmudecerá. ¿El saber?, se acabará. Porque limitado es nuestro saber y limitada es nuestra profecía; pero, cuando venga lo perfecto, lo limitado se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre acabé con las cosas de niño. Ahora vemos confusamente en un espejo; entonces veremos cara a cara. Mi conocer es por ahora limitado; entonces podré conocer como Dios me conoce. En una palabra: quedan la fe, la esperanza, el amor: estas tres. La más grande es el amor.
Palabra de Dios
Lectura del santo evangelio según san Lucas 4,21-30
En aquel tiempo, comenzó Jesús a decir en la sinagoga: «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.» Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?» Y Jesús les dijo: «Sin duda me recitaréis aquel refrán: "Médico, cúrate a ti mismo"; haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún.» Y añadió: «Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra.» Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba. Palabra del Señor

Mi fe de cafetería Fernando T
Los cristianos de hoy en día afrontamos el reto de ser capaces de introducir un poquito a Dios en los espacios cotidianos de la vida diaria. No es fácil, no siempre uno encuentra el momento. A veces pensamos que nuestras ideas no van a ser bien recibidas, o que no viene a cuento hablar de eso.
El respeto a las creencias de cada uno no tiene que conllevar un absoluto hermetismo por nuestra parte en temas de fe. Sólo somos capaces de hablar de ello al calor del horno de la Eucaristía comunitaria , aunque a veces también se cuela Dios entre nuestros humeantes cafés de sobremesa en la universidad. A mi izquierda un buen físico, defiende que el universo es solamente fruto de una serie de casualidades que se conocen con el nombre de evolución. Resulta curioso cómo mucha gente asume como algo lógico que esa inmensidad inabarcable de planetas, quásares, estrellas y agujeros negros, que funciona con milimétrica precisión, sea algo aleatoriamente creado. Y junto con ellos, ese animal al que llamamos ser humano, que aun con todas sus imperfecciones es una máquina más perfecta de lo que ningún ordenador llegará nunca a ser... Todo esto se considera de una evidencia tal que no admite dudas. “Pero... ¿y por qué no puede haber creado Dios todo esto?” me atrevo a decir. ¿Acaso es más razonable creer en una casualidad tan inmensa que confiar que el mundo sea más que una mera casualidad? Enfrente de mí una agnóstica, adopta la postura de la duda, la del respeto a todo lo que decimos, pero sin mojarse. Mientras el físico sigue defendiendo su postura empirista y me doy cuenta de que, efectivamente, no se puede demostrar científicamente la existencia de Dios, afortunadamente. Imaginaos qué catástrofe sería si el ser humano, que ya de por sí se cree un dios, fuese capaz de demostrar que Dios existe, de desentrañar el mayor misterio de la historia de la Humanidad. El hombre entonces se daría cuenta de que no necesita para nada a ese Dios del que acaba de descubrir su existencia.”Si hemos llegado tan lejos sin pedirle ayuda, ¿para qué vamos a hacerlo ahora?”, se dirían unos a otros. Y es que mucha gente piensa que creer en Dios es una debilidad; es considerar que el ser humano no es lo suficientemente bueno como para valerse por sí mismo. Pero lo que yo creo es que la debilidad es precisamente creerse
invulnerable. Sólo aquellos pocos capaces de reconocerse débiles, de aceptar la ayuda de los demás, son los que sobreviven en la carrera de la felicidad. Otros caen por el camino porque, al ver que la vida les va arrebatando esa invulnerabilidad de la que presumían, sienten que ya no son nada.
Pero los que toman la decisión de vivir con Cristo, saben que, aunque sus fuerzas vayan mermando, su salud se deteriore o su situación laboral se complique...aunque pierdan todo eso, hay algo en su interior que nadie puede arrancarles, y es Dios mismo. Y al mismo ritmo que el café, se han ido agotando nuestros argumentos acerca de la existencia. Parece que no ha quedado nada de todo lo que hemos dicho, pero si miras detenidamente en el vaso vacío siempre queda ese posillo de azúcar y café. Acaso sea eso lo que podemos transmitir de nuestra fe, pero con eso y con todo, al final la fe es una decisión, como el amor, pero como dijo Nicolas Cage: “No sé puede obligar a nadie a que se enamore de ti, pero sí se pueden aumentar las probabilidades de que ocurra”.
AGENDA SEMANAL
Lunes 1. CATEQUESIS 2º (4.30t.)
CATEQUESIS 5º (5.00t.)

Martes 2. CATEQUESIS 4º (4.30t.)

Miércoles 3. CATEQUESIS 1º (5.00t.)
CATEQUESIS 3º (5.00t.)

Jueves 4. CATEQUESIS 6º Y 1º E.S.O. (6.00t.)
EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO (6.00t.)
EUCARISTÍA (6.30t.)

Viernes 5. CATEQUESIS 2º Y 3 E.S.O. (6.00t.)

Sábado 6. CATEQUESIS CONFIRMACIÓN (6.00t.) EUCARISTÍA (6.30t.)

Domingo 7. NO HAY MISA

Jornada Mundial de la Vida Consagrada
Martes 02 de Febrero del 2010


Nuestra tierra se honra en el recuerdo de esta historia, y reconoce en las huellas que otros hombres y mujeres han dejado las señales iluminadoras que quieren orientar nuestros pasos de hoy y los que mañana recorreremos. El arte, la cultura, la hospitalidad, la vocación andariega y el sabernos peregrinos de lo mejor encuentran en este Camino de Santiago una senda que nos habla del hombre y que nos habla de Dios. Y esto es lo que los santos fundadores han plasmado también con los carismas que, como estelas, Dios ha querido señalar. Son estelas que recuerdan palabras o gestos de Jesús, y que se confían a una familia religiosa como custodios de ese memorial evangélico. Los hombres y mujeres de una generación necesitan estas señales que representan los carismas de la vida consagrada. Somos caminantes y peregrinos, y recorriendo las sendas de la vida el Señor nos constituye en portadores y portavoces de una santa tensión, por la que, teniéndole a Él como origen y como destino de nuestra andadura, recordamos a los hermanos que e

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